@deportado4443: camarero, hay un Mauthausen en mi TL

Pequeña historia de una cuenta de Twitter

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Imagen del campo de Mauthausen

Entre 120.000 y 320.000 personas, según las fuentes, murieron en el complejo de Mauthausen-Gusen, una red de campos de concentración construida y explotada por el III Reich desde finales de los años 30 hasta mediados de los 40 cerca de Linz, en la actual Austria. Mauthausen es conocido como El campo de los españoles, no solo por la cantidad que hubo sino porque fueron en su mayoría españoles quienes construyeron sus sucesivas ampliaciones: muros, nuevos edificios, anexos, etc. Casi todos provenían de la Francia ocupada, a la que huyeron tras el triunfo de Franco en la Guerra Civil. Los alemanes, por cierto, preguntaron al gobierno del dictador qué hacer con ellos, y la respuesta fue clara: “No hay españoles fuera de las fronteras españolas”. Así que además de llevar una letra S cosida en los uniformes, el color de sus triángulos era el azul de los apátridas. Uno de los miles de internos fue Antonio Hernández. Murciano, carabinero durante la guerra, exiliado en Francia y deportado a Mauthausen por los nazis. Allí dejó de ser Antonio y pasó a ser el número 4443. El pasado 21 de enero Antonio empezó a rescatar sus recuerdos en Twitter: “Esta es mi historia real”, dice su bio en la red social. A día de hoy, casi 36.000 personas siguen a @deportado4443 e interactúan con su narración.

Cada cuál a su manera:

Son solamente algunos ejemplos…

Antonio sobrevivió a Mauthausen, aunque evidentemente no es él quien escribe en @deportado4443; es su sobrino, Carlos Hernández. Pero el uso de la primera persona, de una documentación fidelísima y (creo que ésta es la clave) del tiempo real dotan a la narración de un pulso estremecedor. Aún no han pasado 15 días desde que empecé a seguir a @deportado4443, pero no me puedo imaginar el haber vivido esos pocos días en su piel. Es una auténtica ducha helada el tener en el timeline una realidad opuesta a lo que suele ser Twitter.

Hace justo una semana, a raíz del 70º aniversario de la liberación de Auschwitz, publiqué en Facebook una foto de mi visita al campo comentando lo siguiente:

Es complicado decirlo sin sentirse mal o parecer monstruoso, pero Auschwitz es uno de los sitios a los que no solamente volvería, sino que querría llevar a mis hijos, a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos. No solamente para no olvidar lo que pasó allí, sino para pensar en lo que sigue pasando hoy en el mundo, en tantos Auschwitzs que quedan. Es un lugar del que tenemos mucho que aprender aún…

Bajo la imagen, presidida por el arco del infame Arbeit macht frei, se armó un pequeño debate acerca de la conveniencia o no de visitar los campos, y es que somos más de uno los que hemos vivido actitudes muy vergonzosas: fotos con con el pulgar arriba o el símbolo de la victoria, turistas profesionales sin respeto (y lo que es peor: sin conmoción o emoción) alguno, etc. Frivolidad. Es un riesgo, obviamente. Un riesgo que siempre está presente cada vez que se trata un tema serio. Yo de Auschwitz opino lo mismo que opino de @deportado4443: creo que es una cuenta de obligado seguimiento, dura y necesaria a la vez. No ejercitamos la memoria lo suficiente. Es cierto que quienes ejercen la violencia no van a dejar de hacerlo, porque ni leerán esos tweets, ni aunque lo hicieran serían siquiera permeables a iniciativas la de Hernández; pero a quienes no la ejercemos quizá @deportado4443 nos martillee lo suficiente como para seguir alzando la voz, o empezar a hacerlo.

Por Dani Rodríguez

Periodista de formación profesionalmente exiliado a países más cálidos. Buscando sitios donde jugar. Decidí empezar por el patio de ésta, mi casa, que también es vuestra.

4 comentarios

  1. Me encanta Dani. Has vuelto,como Messi,jejejeje.
    Tienes que leerte El Impostor de Cercas. Un libro de esos que leyendo la vida de otros aprendes sobre todo de ti mismo.

    1. Gracias a ti, Carlos, por pasarte por aquí y dejar un comentario. La verdad es que la cuenta me pareció algo encomiable desde el primer día, y poco a poco, tras leer vuestra página y alguna más, he ido descubriendo el olvido al que en este país hemos sometido a miles de personas que pasaron por ese y otros campos europeos. Me ha falta mencionar eso en el post, pero no tengo conocimiento como para hablar con propiedad. Gracias de nuevo y ánimo con ese ejercicio de memoria histórica.

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