Posiblemente tenga su punto desconsiderado, incluso insensible, pero uno siempre puede escudarse en la deformación profesional. El caso es que desde que el pasado día 24 se produjese el accidente del Alvia en Galicia no he podido dejar de escrutar el papel de los medios de comunicación en todo esto. Las televisiones, en primera instancia, que ya durante la noche del horrible descarrilamiento fueron duramente criticadas (con excepción, quizá, de la regional gallega, TVG, que incluso redujo a la mínima expresión su página web dejando únicamente un streaming de su directo: encomiable). Los medios online, como segundo plato, incapaces muchas veces de ir más allá del morbo. ¿Ejemplos? A patadas. De postre, el asqueroso comportamiento de algunos trabajadores de medios de comunicación, anteponiendo no ya la noticia sino el morbo y la lágrima fácil a algo tan básico como el respeto al duelo, la intimidad y esas cosas tan necesarias cuando uno o sus allegados están pasando por semejante trauma. En fin, la imagen habla por sí sola. El perfil del sujeto en cuestión (@KrlosMartinezTV
), periodista de El programa de Ana Rosa para más señas, ya no existe.
Pasada una semana, es el momento de los medios impresos. Con los ánimos más templados y más tiempo para pensar, son los papeles quienes ahora llevan el peso informativo. Y hoy, posiblemente porque llevo casi una hora atascado en un aeropuerto gentileza de Iberia, me he fijado en sus portadas. Dicen mucho.
El País, callar más que decir: “El maquinista hablaba por el teléfono móvil antes de descarrilar”
Vaya por delante que soy lector ocasional y fiel a la vez de El País desde hace unos quince años. Con ocasional quiero decir que no lo compro todos los días, ni siquiera todas las semanas; pero con fiel quiero decir que, cuando compro prensa generalista, compro El País. Cuando empecé a leerlo era el “Diario independiente de la mañana”. El tiempo tiñó de canas lo de la “mañana”, porque los vespertinos se anclaron en la Transición, pero por algún motivo también quitaron lo de “independiente” cuando en 2007 abrazaron el mercado latinoamericano con un cambio de rumbo hacia “El periódico global en español”. Todo esto viene a decir que la independencia hoy en día es una quimera per se, pero en el caso del diario de Prisa ya ni tan solo es una declaración de intenciones. Y este titular es una muestra de ello.
El titular omite dos de los grandes datos que se dieron a conocer el martes: uno, que el maquinista del tren iba hablando por el móvil con alguien de Renfe en el momento del accidente; dos, que el convoy se salió de las vías al tomar la curva a 153 km/h. A mi juicio, al menos el primero de los dos datos es lo suficientemente relevante como para figurar en portada. El segundo nos dice que, efectivamente, el maquinista intentó frenar, rebajando en casi 40 esos 190 km/h a los que dijo ir cuando salió casi ileso del accidente. Lo de El País, por tanto, se interpreta más por lo que no dice que por lo que dice. En la noticia interior, insiste con un titular todavía más parco: “El maquinista iba hablando por el móvil”. Eso sí, los dos subtítulos los dedica a nombrar a Renfe y a destacar la velocidad. Se puede llegar a pensar que el del periódico de Prisa es un titular amable para con el conductor (sobre todo si lo comparamos con otros, ahora iremos a ABC…), pero nada más lejos de la realidad: obviar que estaba en conversación profesional puede dar a entender que lo que hacía era atender a su móvil personal. Así que flaco favor…
ABC, acoso y derribo: “El maquinista iba hablando por teléfono y a 192 km/h”
Si hay un medio que ha puesto en la diana al maquinista Garzón, sin duda ha sido ABC. En la portada de hoy todo huele a linchamiento, desde la elección de la foto (¿no parece un malo de película?) hasta cada uno de los elementos de texto. El primero, el titular principal. “Hablando por teléfono” repite esa fórmula de prescindir del con quién, algo muy relevante en este caso. La aclaración va en el subtítulo, pero ojo a la sutileza: “La caja negra revela que Garzón conversaba con ‘personal de Renfe’ y frenó sólo 4 segundos antes del impacto”. Brillante. Es decir… Garzón dice que hablaba con alguien de Renfe, pero no se lo crean todavía, nos alerta ABC. Ellos, desde luego, no lo tienen nada claro porque lo entrecomillan, algo que aquí sería bastante prescindible. Es un “Garzón dice esto, pero ya veremos”. Volviendo al titular principal, no hay mención a los 153 km/h (repito: el dato nuevo de ayer, es decir, la noticia), sino que se opta por insistir en los 192 km/h. A día de hoy hay pocas dudas de que Garzón es el principal responsable del accidente; pero de ahí a que merezca un linchamiento… eso es harina de otro costal.
El Mundo, hostias para todos: “Una llamada innecesaria de Renfe distrajo al maquinista”
Desde hace unas semanas tengo una terapia maravillosa para paliar los síntomas de mal humor: leerme este tweet de Pedro J. Ramírez, publicado ahora hace poco más de un mes:
A las 20.30 haré un anuncio que puede acelerar el advenimiento de una nueva edad de oro para el periodismo. La primicia en Twitter.
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) June 29, 2013
El director de El Mundo está on fire, cerrando advenimientos de Orbyt con Movistar y demás, fichando a Enric González, pero sobre todo repartiendo collejas a diestro y siniestro, y ni siquiera el PP se está librando. Tampoco Renfe, que se lleva el palo más gordo del día en la portada del periódico de Unidad Editorial gracias a ese “innecesaria”. Una afirmación bastante atrevida, ya que por lo que he leído la llamada estaba relacionada con un protocolo de parada que Garzón debía ejecutar unos kilómetros más adelante, en Pontedeume. Quizá inoportuna, sí, pero no innecesaria. El maquinista, por cierto, omitió dicha llamada en su declaración ante el juez: el fiscal le preguntó si mantuvo alguna conversación con la torre de control, a lo que él respondió: “No, no lo recuerdo”. En el polo opuesto a ABC, El Mundo apuntala su línea dura contra Renfe y Adif recordando que éstas no se ponen de acuerdo “sobre si se debe señalizar el tramo del siniestro”. Personalmente, el titular que más me ha sorprendido de todos.
La Razón, delicia bipolar: “El conductor hablaba por teléfono con Renfe cuando volcó a 153 km/h”
La portada de La Razón es apasionante. Si lees la letra grande, casi constituye un perfecto ejercicio informativo. “El conductor hablaba por teléfono con Renfe cuando volcó a 153 km/h”, reza. Es decir, los susodichos dos nuevos datos y nada más. La objetividad, los hechos, ¡el sueño del periodista! Pero ay, amigo, en cuanto rascamos un poco… la locura. La imagen que ilustra la portada ya es rara:
¿Quién es este señor? ¿Tenía La Razón cámaras en el tren accidentado? Obviamente no. Hay que leer el pie de foto para entender qué está pasando: “La Razón recrea en un simulador cómo debió actuar Francisco José Garzón”. Ojo, dice “cómo debió”, no “como debió de“. Es decir, explican cuál hubiera sido la manera correcta de actuar, no reconstruyen el accidente en sí. Desde luego, ninguna de las dos opciones tiene valor informativo, pero ahí va Marhuenda, dile tú algo… Para coronarse, noticia de acompañamiento: “El ex juez (sic) Garzón reaparece en medio de la tragedia – Defenderá a la funcionaria dominicana fallecida en el accidente”. Y una foto ambos, la de él por si alguien no conoce al exjuez (que no ex juez) y la de ella… en fin.
Dos breves ejemplos más para terminar:
La Voz de Galicia: “El maquinista hablaba con Renfe cuando descarriló el tren”
El diario gallego, como el resto de prensa autonómica, se centra en el dato de la conversación telefónica. La unanimidad en los titulares es bastante asombrosa…
La Gaceta: “Si una persona es gay y busca al señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”
A estos, claro, hay que darles de comer aparte. Me parece perfecto que abran con las declaraciones del papa Francisco, aunque vayan un día tarde. Bueno, en realidad no van tarde, porque no se trata de hablar de las declaraciones en sí, sino de responder a las interpretaciones que, en general, se hizo de ellas. O sea, la Guerra Santa. De ahí que lo de “y busca al señor” vaya en un cuerpo exageradamente grande con respecto al resto del titular. Faltan las luces de neón…
Hay hueco, en forma más de faldón publicitario que de otra cosa, para referirse al accidente. Y, de nuevo, la táctica del cuerpo variable. La Gaceta grita “el maquinista”, y luego ya completa el resto de la frase mencionando a Renfe. En este caso el texto es relativamente neutro, podríamos decir, pero el diseño tiene su parte tendenciosa…
Así está la prensa de España un miércoles de verano. Sé que es un análisis solamente del titular principal, y en algunos casos de unos pocos elementos más de la portada; es decir, un análisis sesgado, porque un diario es más que su portada. Pero como bien dicen que la cara es el espejo del alma, con las primeras páginas y la prensa pasa un poco lo mismo. Así que aquí queda esto, ni más ni menos que lo que dan de sí un par de horas de sala de espera de aeropuerto.