“I liked going online waaay better than school” (“Me gustaba muuucho más estar en internet que en la escuela“). El acoso escolar es tan viejo como los colegios. Tanto como la propia sociedad humana. Siempre hay (y habrá) fuertes y débiles, y fuertes capaces y dispuestos a usar su posición de ventaja de una manera cruel: no es por beneficio propio, sino para desgracia ajena. Pese a sus décadas de historia, la biografía del llamado bullying dio un vuelco con la llegada de internet y sus derivados, especialmente los smartphones. Sobre esto, y con frases tan sencillas pero rotundas como la de la cita, habla Cyberbully, la penúltima obligación british en el mundo de las series.
Una hora casi clavada de metraje, un puñado de personajes que se cuentan con los dedos de una mano y un único escenario. La puesta en escena de Cyberbully es espartana. Tampoco su guión es un ejercicio de ingeniería. Sin embargo, merece mucho la pena detenerse ante esta TV-movie de Channel 4 en la destaca una cara muy familiar: Maisie Williams, la Arya Stark de Game of Thrones. La cuestión no es alertar sobre el acoso, o ciberacoso en este caso, sino escarbar un poco más y ofrecer el punto de vista de los propios adolescentes. Un botón de muestra:
See, this is how I know you’re old, you don’t get it! Of course I don’t think it’s OK, it’s fucking nasty! But it’s normal, it happens and we deal with it (…) Because if there’s one thing we all know it’s that everything gets slated online.
“¿Ves?, por eso sé que eres un viejo, ¡porque no lo entiendes! ¡Claro que no creo que esté bien, es jodidamente asqueroso! Pero es normal, es una realidad y nos enfrentamos a ella (…) Porque si hay algo que todo el mundo sabe es que en internet todo es objeto de burla.”
La normalización. Eso es lo que verdaderamente asusta de Cyberbully y su enfoque más interesante. Me es difícil saber qué grado de veracidad tiene la serie: ¿son realmente así los jóvenes, tienen tan interiorizado el acoso (o maltrato, o vejaciones, llamémosle equis) como para que sea “normal”? ¿Como para que pase, sin más? Supongo que sí. Cuando yo iba al colegio sucedía. Había matones y víctimas, y los que estábamos en medio sabíamos lo que pasaba y lo aceptábamos como el pan nuestro de cada día. Lo más importante era que no nos sucediera a nosotros. Con internet, y su omnipresencia en dispositivos portátiles, el bullying es mucho más sencillo. El maltrato gana en propagación (el escenario ya no es el patio, o la clase, sino que pierde cualquier barrera) y el maltratador hasta puede contar con el anonimato.
Este es el cuadro que dibuja la serie, durante la cual acompañaremos a Casey, el personaje de Maisie Williams, en un paseo por su doble papel de víctima y verdugo. En otros terrenos quizá Cyberbully pisa en falso: la omnipotencia del hacker; la aceptación por Casey de ciertas reglas, más que peligrosas; o el hecho de que algunos giros sean bastante predecibles. Éstas y otras cosas devalúan algunos puntos la calidad del producto final.
Hay que reconocerle, en todo caso, el mérito como ejercicio de reflexión, sin olvidar a una gran Maisie Williams, capaz de sostener ella sola la función durante los 60 minutos. Ni rastro de Arya.
Curiosidades
La serie transcurre un 24 de septiembre, y así se puede ver en varias ocasiones en el teléfono y ordenador de Casey, pero en un momento dado cambia por error al 24 de octubre. Efectivamente, es una chorrada, pero me ha hecho gracia encontrar un error de continuidad porque nunca los veo de primeras…