El título de su primer disco no se correspondía con el de ninguna de las canciones que contenía, pero aparecía como frase de la letra de una de ellas; esta vez ni eso. Citando a la shakesperiana Mucho ruido y pocas nueces, Manel se lanza a por lo que siempre dicen que es lo más difícil: la confirmación. Lo logran, con creces. Aunque tengo que decir que el directo en que les vi, en el Teatre Romea, no me terminó de seducir: suenan muy bien, suplen con nota las carencias de contar con un máximo de cuatro o cinco instrumentos (lo que en canciones como Aniversari se paga), tienen química entre ellos y cierta gracia para conducir el hilo entre canción y canción, pero… Pero hay un pero, y no sé muy bien cuál es. Quizá es que son demasiado perfectos, demasiado asépticos, y están demasiado quietos, como ateridos, posiblemente masticando aún lo que supone llegar hasta donde han llegado, tan rápido. Pero, eh: discazo.
10 milles per veure una bona armadura cuenta con la que posiblemente es la mejor canción de Manel. O, al menos, el mejor ejercicio de narrativa del grupo. Benvolgut (xicots, aneu fent lloc, que estem esperant). Destacan también La cançó del soldadet (per, només veure’l, intuir que l’estimo més del que m’estimo a mi), una crónica guerrera para con la guerra, y La bola de cristall (va, assumim-ho, els dies bons gairebé som invencibles!), un toma y daca a favor y en contra de los ¿Qué hubiera pasado si…? Nunca sé quién gana…
Respecto al concierto, empezó genial con El Miquel i l’Olga tornen, y siguió arriba con La bola de cristall, que a decir verdad no sonó del todo bien en directo. Tercera etapa para El gran salt y primer discurso de Guillem, que se hartó de dar las gracias a todos por todo. Después rescataron a sus benditos profesores con Pla quinquennal y volvieron rápidamente al presente vía Boomerang antes de sacar a pasear al quinto manel, el ukelele. Con él llegaron Dona estrangera y una estupenda En la que el Bernat se’t troba. Y un gran discurso para introducir la estupenda La cançó del soldadet con referencias a la mítica Big mediante. El batería hacía de Tom Hanks…
Más: Flor groga, irregular Aniversari y las niñas bonitas de la noche, que no podían ser otras que Al mar!, Ai, Dolors (impresionante en directo, con ese final alargado…) y Benvolgut. Quizá sus tres mejores canciones. Ya en los bises llegaron Criticarem les noves modes de pentinats, la pulpera La gent normal, Captatio benevolentiae y Deixa-la, Toni, deixa-la. Un final en descenso después de las tres joyas encadenadas…